miércoles, 12 de enero de 2011

Yo soñaba que quería soñar, soñar contigo, sólo contigo.

De qué sirve encontrar éste lugar, dime. De qué sirve llegar a los atardeceres más nostálgicos del mundo y no verlos contigo. Llámame romántica, venga. Y un campo de amapolas en mi pelo y un mar de besos en el tuyo. Nueve de la noche. Seré tu equilibrio si tu eres mi café por las mañanas. Tu dedo índice paseando por mi espalda. El amor también madura. Léemos a Machado después de cenar. Un post-it de "Buenos días, princesa" en el buzón. Ya no estás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario